Estrés en la niñez
Definición
El estrés en la niñez puede ser provocado por cualquier situación que requiera que una persona se adapte o cambie. La situación a menudo causa ansiedad. El estrés puede ser provocado por cambios positivos, como comenzar una nueva actividad, pero está vinculado con más frecuencia con cambios negativos, como una enfermedad o una muerte en la familia.
Nombres alternativos
Miedo en los niños; Ansiedad en los niños; Estrés en la infancia
Información
El estrés es una respuesta a cualquier situación o factor que crea un cambio emocional o físico negativo o ambos y lo pueden experimentar personas de todas las edades. En pequeñas cantidades, el estrés es bueno, ya que puede motivar y ayudar a la gente a ser más productiva; sin embargo, el exceso de estrés puede interferir con la vida, las actividades y la salud del individuo. El estrés puede afectar la forma como las personas piensan, actúan y sienten.
Los niños aprenden a responder al estrés por lo que han observado y experimentado en el pasado. En la mayoría de los casos, el estrés experimentado por un niño puede parecer insignificante para los adultos, pero como los niños tienen pocas experiencias previas de las cuales aprender, incluso las situaciones que exigen cambios pequeños pueden tener un impacto enorme en los sentimientos de seguridad y confianza del niño.
El dolor, las lesiones y la enfermedad son las principales fuentes de estrés para los niños. Los tratamientos médicos son aún más estresantes. El hecho de reconocer la existencia de estrés en los padres (como el que se ve durante el divorcio o las crisis financieras) puede ser muy estresante para un niño, al igual que la muerte o la pérdida de un ser querido.
SIGNOS DE ESTRÉS NO RESUELTO EN LOS NIÑOS
Es posible que los niños no se den cuenta de que están estresados. Los padres pueden sospechar que un niño tiene estrés excesivo si éste ha tenido que experimentar una situación potencialmente estresante y comienza a mostrar síntomas como:
- Síntomas físicos
- disminución del apetito y otros cambios en los hábitos alimentarios
- dolor de cabeza
- enuresis nueva o recurrente
- pesadillas
- alteraciones en el sueño
- tartamudeo
- molestia estomacal o dolor de estómago vago
- otros síntomas físicos sin ninguna enfermedad física
- Síntomas emocionales o de comportamiento
- ansiedad
- preocupaciones
- incapacidad de relajarse
- miedos nuevos o recurrentes (miedo a la oscuridad, a estar solo o a los extraños)
- aferrarse al adulto, incapaz de perderlo de vista
- comportamiento inquisitivo (puede o no hacer preguntas)
- rabia
- llanto
- gimoteo
- incapacidad para controlar sus emociones
- comportamiento agresivo
- comportamiento terco
- regresión a comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo
- renuencia a participar en actividades familiares o escolares
CÓMO PUEDEN AYUDAR LOS PADRES
Los padres pueden ayudar a sus hijos a responder ante el estrés de forma saludable de muchas maneras. Entre algunas de las cosas que pueden hacer los padres están las siguientes:
- Darle al niño un hogar seguro, familiar, firme y confiable.
- Ser selectivo con los programas de televisión que observan los niños pequeños (incluyendo los noticieros) que puedan producir miedos y ansiedad.
- Pasar ratos tranquilos y relajados con el niño.
- Alentar al niño a hacer preguntas.
- Alentar al niño a expresar sus inquietudes, preocupaciones y miedos.
- Escuchar al niño sin criticarlo.
- Fortalecer los sentimientos de autoestima del niño, utilizar estimulación y afecto, tratar de involucrarlo en situaciones en las que pueda tener éxito.
- Tratar de utilizar recompensas y estímulos positivos en lugar de castigo.
- Darle oportunidades de hacer elecciones y de tener algún control sobre su vida. Esto es de particular importancia, ya que la investigación demuestra que cuanto más sienten las personas que tienen control sobre una situación, mejor será su respuesta al estrés.
- Estimular la actividad física.
- Conocer las situaciones y acontecimientos que son estresantes para los niños, como las experiencias nuevas, miedo a los resultados impredecibles, sensaciones no placenteras, necesidades o deseos no satisfechos y pérdidas.
- Reconocer los signos de estrés no resuelto en el niño.
- Mantener al niño informado de cambios necesarios y anticipados como cambios en el trabajo o mudanzas.
- Buscar ayuda o asesoría profesional cuando los signos de estrés no disminuyan ni desaparezcan normalmente.
LO QUE LOS NIÑOS PUEDEN HACER PARA ALIVIAR EL ESTRÉS
La comunicación abierta y acogedora en las familias ayuda a reducir la ansiedad y depresión en los niños. Se recomienda estimular a los niños para que hablen de sus emociones y ayudarlos a plantear formas simples de cambiar la situación estresante o su respuesta a dicha situación.
A continuación se presentan algunas recomendaciones que los niños pueden seguir para ayudar a reducir el estrés:
- Hablar de los problemas. Si no puede comunicarse con sus padres, intentarlo con alguien en quien pueda confiar.
- Tratar de relajarse. Escuchar música suave. Darse un baño con agua tibia. Cerrar los ojos y respirar profundo y lento. Tomarse un tiempo para estar solo. Si tienen una actividad favorita o un hobby, darse tiempo para disfrutarlo.
- Hacer ejercicio. La actividad física reduce el estrés.
- Fijarse expectativas realistas. Esforzarse al máximo sin olvidar que nadie es perfecto.
- Aprender a quererse y a respetarse a sí mismo. Respetar a los demás. Estar con personas que lo acepten y respeten.
- Recordar que las drogas y el alcohol nunca resuelven los problemas.
- Pedir ayuda si tiene problemas con el manejo del estrés.
Referencias
Larzelere MM, Jones GN. Stress and Health. Primary Care: Clinics in Office Practice. December 2008;35(4).
Actualizado:
6/12/2012
Versión en inglés revisada por: David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M. Health Solutions, Ebix, Inc. Neil K. Kaneshiro, MD, MHA, Clinical Assistant Professor of Pediatrics, University of Washington School of Medicine.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
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